Realizar la transición del calzado convencional al calzado descalzo
Ya sea por razones de salud, prevención de problemas o incluso razones medioambientales, es importante recordar que la transición al calzado Barefoot puede llevar algún tiempo para que nuestros pies se "olviden" de la forma convencional.
Aunque pronto te des cuenta de que ya no quieres usar zapatos convencionales, dale tiempo a tus pies para que ganen fuerza y movilidad poco a poco, para que tus dedos se expandan gradualmente y adquieran mayor movilidad. Además, pasa el mayor tiempo posible descalzo.
Adapte siempre el tiempo de transición y el calzado a su estado físico y de pies para garantizar una transición segura. Al fin y al cabo, todos queremos un cuerpo sano y funcional que nos permita hacer todo lo que nos gusta.
En el siguiente post encontrarás algunos consejos sobre cómo realizar una transición exitosa al calzado descalzo.
El cuerpo necesita tiempo para hacer la transición.
Los pies albergan una vasta red de músculos y articulaciones que, con el paso de los años, han quedado comprimidos por un calzado ajustado e inflexible.
Este mismo calzado actuaba como una especie de armadura o yeso, impidiendo el desarrollo natural y la correcta movilidad de los pies. Como resultado, nuestros pies se volvían frágiles y deformados.

El tiempo necesario para una transición completa al calzado Barefoot varía de persona a persona, y está influenciado principalmente por el estado actual de los pies, el tipo de calzado utilizado hasta ahora y el tiempo dedicado a estar descalzo.
Si bien algunas personas pueden adaptarse fácilmente a los zapatos Barefoot más delgados sin requerir un largo período de adaptación, este puede no ser el caso de todos.
Las deformidades del pie son diversas y factores como la condición física, la edad, la frecuencia de caminar descalzo, las actividades diarias y el tipo de terreno recorrido, así como el historial de caminar descalzo, juegan un papel importante en el proceso de transición.
La mejor manera es empezar con 30 minutos al día y aumentar gradualmente el tiempo que pasa usando zapatos Barefoot. La transición completa suele tardar entre 2 y 3 meses, pero esto puede variar según la persona.
De esta forma irás mejorando de forma progresiva y controlada la movilidad y fuerza de tus pies, que responderán al cambio con una mayor separación entre los dedos y una mejor movilidad.
Tu pie empezará a ensancharse. No te preocupes, es completamente natural. Tu pie simplemente está volviendo a su forma original.

Tu cuerpo empezará a exigir aún más espacio para los dedos y una suela aún más fina. Los nervios de tus pies anhelan texturas diferentes que antes no podías sentir.
En casos extremos, puede experimentar dolor (como dolor en los talones, tendones de Aquiles o incluso molestias en la cadera y la rodilla). Esto se debe al uso excesivo del calzado convencional. En este caso, reduzca el tiempo que usa calzado descalzo. Tómese su tiempo. Evitar lesiones es lo último que queremos.
Además, es fundamental dedicar tiempo a ejercicios corporales que ayudarán a restaurar la movilidad de los pies y, en última instancia, fortalecerán, flexionarán y equilibrarán todo el cuerpo (sí, todo en el cuerpo está interconectado y los pies no son la excepción).
¿Y qué pasa con los niños?
En el caso de bebés y niños, para evitar complicaciones en una futura transición, es importante comenzar a utilizar el calzado Barefoot lo antes posible y especialmente durante los primeros años de vida cuando los huesos de sus pies aún no están completamente formados.

Esta es una radiografía del pie de un niño de 2 años, donde se observa claramente que los huesos aún no están completamente formados. Solo se forman completamente alrededor de los 4 años.

Aun así, incluso después de los 4 años de edad, es necesario seguir utilizando zapatos Barefoot para evitar futuros problemas en los pies.